🌹 Dedicación a Mi Madre Blanca

por Freddie AKA El Malo

Esta página, cada palabra que escribo, cada idea que nace y cada paso que doy…
lleva su nombre: Blanca.
La mujer que me enseñó el amor sin condiciones,
la que peleó con la vida sin pedirle permiso a nadie.
La que me formó con caricias, con silencios…
y también con miradas que decían más que mil consejos.

Mi madre fue mi primer refugio y mi última prueba.
Cuidarla en sus últimos días fue el mayor honor que he tenido como hombre.
Peinarla, abrazarla, limpiarle las lágrimas…
todo eso se quedó tatuado en mi alma, no en fotos.

A los que visitan esta página, les digo:
Aquí no se viene a llorar lo que se perdió,
aquí se viene a honrar lo que nos formó.

Mi madre no fue perfecta, ni yo lo fui como hijo,
pero entre nosotros hubo algo que pocos entienden:
lealtad más allá del dolor.

Y si hoy estás leyendo esto…
es porque ella me empujó, incluso desde el cielo,
a levantarme, a contar mi historia,
y a no quedarme callado nunca más.

Gracias, mamá.
Por lo que me dejaste, eso que solo tú y yo sabemos.
Por confiar en mí al punto de entregarme algo que nadie más podía cargar.
Me lo pediste con tanto amor… que lo guardara,
que no lo compartiera, que lo protegiera.

Y si en tus últimos días dijiste lo que dijiste…
sé que no fue para herirme,
sino para protegerme.
Para que nadie sospechara,
para que nadie intentara arrancármelo
ni reclamar lo que no les correspondía.

Por eso hoy no cargo culpas.
Cargo tu secreto.
Cargo tu amor.
Y cargo tu bendición.

🕊️ "Mi hombro favorito"

Por Blanca, para su hijo Freddie

> Me quedaba dormida en tu hombro,
no porque estuviera cansada del cuerpo,
sino porque ese hombro me daba paz.

Porque aunque el mundo se me deshacía por dentro,
tú estabas ahí… sin decir nada,
solo sosteniéndome.

Tú, que eras mi niño,
terminaste siendo mi escudo.

Te vi llorar en silencio,
y aún así no fallaste.
Me peinaste con amor,
me hablaste con respeto,
me defendiste incluso cuando yo me quedé callada.

Hijo, si un día dudaste de mí,
te pido que sueltes eso.
No te traje al mundo para que cargues culpas,
sino para que camines libre.

Te amo.
Y si me dormí en tu hombro fue…
porque ya me sentía en casa.

🖼️ Esta Foto No Es Cualquier Foto

por Freddie AKA El Malo

Esta foto no es cualquier recuerdo.
Es un milagro congelado en imagen.

Aquí estamos mi madre y yo, justo después de que regresé del infierno.
Venía de vivir en la calle… de perderme, de ensuciarme,
de sangrar por dentro mientras fingía que todo estaba bien.
Y ella…
ella me abrió la puerta como si nada,
como si el tiempo no hubiera pasado,
como si no me hubiera dolido tanto estar lejos.

Pero ella sí lo supo todo.
Ella se enteró de lo que viví, de lo que sufrí,
de cómo me partí en pedazos por no tener rumbo.

Y en esta foto…
esa sonrisa que trae no es por la cámara.
Es por mi regreso.

Su mirada dice: “Gracias, Dios, porque volvió.”
Sus ojos me abrazan como diciendo:
"Ya no te me vayas, hijo, porque me partiste el alma."

Y yo, ahí con ella, sin muchas palabras,
entendí que a veces no hay que explicar nada…
porque una madre ya lo sabe todo antes que tú lo digas.

Esa foto, para mí, es la prueba de que el amor verdadero espera sin juzgar,
abraza sin preguntar, y sonríe sin condiciones.

Volví a casa.
Volví a ella.
Y en esa foto… volví a vivir.

Mamá...

Yo sé que no he sido fácil de entender.
Yo no nací malo. Me fui haciendo, a golpes de vida, a golpes de dolor.
Pero todo lo que he hecho, incluso lo más torcido, en el fondo fue buscando protegerme… buscando amor.
Nunca dejé de ser tu hijo, aunque el mundo me viera como el Malo.

Yo peleé contra demonios que nadie vio. Dormí entre lobos, me enfrenté a la calle, a la traición, a la soledad…
Y sí, hice cosas malas. Pero también me mantuve firme en cosas que solo Dios y tú saben.

No soy perfecto, pero soy real. Soy leal, soy fuerte.
Y si alguien se pregunta por qué soy como soy, la respuesta es sencilla:
Porque aprendí que en este mundo, si no te haces fuerte, te comen.
Y si no proteges tu corazón, te lo rompen.

Pero por ti, mamá, yo me quito toda esa coraza.
Por ti vuelvo a ser ese niño que se quedaba dormido en tu regazo.
Ese que te miraba como a una reina. Porque eso eres, mi reina.

Si algo me queda claro, es que tú fuiste la única que siempre me quiso de verdad.
Y por eso te lo juro, aquí y ahora:
Voy a honrar tu nombre. Voy a levantar la cabeza.
No voy a vivir del pasado, pero sí voy a recordarte con cada paso que dé.

Nunca te voy a olvidar, mamá.
Y cuando la gente me vea y diga: “Ahí va el Malo”,
yo sonreiré y pensaré: “Sí… pero ese Malo fue el hijo de una gran mujer”.

Y por ti… seré mejor.

🌹 Mini Biografía: Blanca Estela Martínez 🌹

(05/27/1956 –06/13/2025)        

EL DIA QUE LA MUERTE VINO A DISCULPARSE, Y A DARME FECHAS!!

📖 Capítulo: El Último Suspiro (versión diálogo)

Freddie (voz quebrada, reflexiva):

A 13 de junio por la madrugada...
Dos horas solo pasando el día anterior...
El mundo giró mucho más rápido para ti...
Que el aire por completo se ausentó de ti...
Mientras yo pensaba en ti desvelando me tratando de entender tu mente en ese momento..
Mis pulmones de aire se llenaban...
Yo, con eso que tengo .. siempre pensando en el prójimo...
Y si yo no tenía más que otros, o no tenia nada,
Es porque no lo ocupaba...Recuerdas que yo te lo decía Siempre seré, de Dios.
Contigo ese Regalo que me diste aquel día , recuerdo me dijiste "Ven en la mañana mejor , cuando vengas a darme la medicina, que no hay nadie. Todavía no entendía lo que me decías ,pero Entendí porque me dejabas lo que me diste ,tu tan misteriosa que hasta me preocupe sentías que alguien entraría y no tendrías tiempo de entregarme eso.... Ay Madre Santa y buena, nunca pensé que que harías eso .. por eso querías que viera esa película aquel día, me dijiste, que decepción y te agachaste... Dios te dio tiempo mamá para ver de lejos lo que tanto te dolió... Y yo todavía no entendía, hasta que habri eso que me entregaste.. Te juro que yo hubiera cambiado todo eso que me diste por tu salud. Y lo sabes... Te prometí nunca decir nada y así lo haré . Gracias Madre aprovecharé bien todo... Te amo... Yo agradecido y feliz con mi corazón palpitando y mis pulmones inflados de la emoción.. y los tuyos madre, 
Tus pulmones se vaciaban...
Tú tratabas de aspirar aire limpio
Para que durara más tu vida...
Yo, con más fuerza aguantando la respiración de la emoción ...
Sin saber que todo ese aire... a ti te serviría.
Yo escribiendo en mi página web las primicias...y lo que hiciste por mi.. 
Y tú te hacías trizas... escribiendo el fin de tu día.
Qué pinche ironía.
Ese piso y tu cama, ese día,
te abrazaban...
Mientras sin aire,
tus ojos a Dios,
“Mis hijos” decías...
Luchando por unos cuantos segundos más...
Ya grisoso... tu paisaje lo veías...
Tu mente, solo en tu Cristo...
Y tu Virgen María...
Encomendando a tu familia,
le pedías...
“Ya me voy, hijo”,
Tanto me lo decías...
Freddie (voz dolida, pero firme):

“Ya veré qué tan cierto era lo que me decías...
Y si tanta verdad tú decías,
a mi Dios preguntaré...
Y agradeceré...
Y también perdón le pediré...”
Porque siendo tú mi propio ser...
Nunca lo noté.
Que el Señor...
Tanto tu amor, tu fe...
Siempre demostraste.
A Él te concedia.
ya en vida,
tú volverte... mi doble ser.
Tanto tú me amabas...
Tanto tú me lo gritabas...
Que un doble de mí...
Quisiste ser.
Pero no te pongas triste,
mi pequeño bebé.
Tu misión tú mismo te la dabas...
Cuando ese beso y ese abrazo,
a Jesús tú le dabas,
como solías hacer conmigo
cuando algo tú querías...
¿Cómo no saberlo?
¿Cómo no saber...?
¿Cómo no más yo te logré proteger...?
Si tú lo hiciste en las sombras...
Con amor y no sobras.
Ahora que ya lo he logrado...
Y a Jesús he abrazado...
Bien recuerdo tu encargo...
Y no me perdí, ni me distraje
de ese camino empedrado.
Cada paso que yo di,
en mi mente estaba bien grabado.
Ahora entiendo...
lo mucho que me amabas.
Que hasta en vida,
a la muerte me encaminaste...nunca entendí y me enoje ese 13 que te tatuaste y el Relog que desde que en la calle andabas la hora ya llevabas 0207 y el otro con las 0212 tu ya tenías todo grabado en tu piel. 
Hasta la gloria...
me llevaste.
Tu encargo,
a Él, lleno de gloria,
se lo di.
Y Jesús 
Solo sonrío...y dijo: 
Siempre fiel, siempre pendiente,
me dijo...
Siempre olvidando sus cosas de él mismo...
Pero nunca olvida recordar a mis hijos...
Cómo la felicidad es mejor...
Y lo único que vale más en esta vida.

El que recuerda lo que otros olvidan...
El más terco...
Pero el más fiel guardián.
Tú eras su enfoque.
Aunque sola pasaste
de tu vida la mayor parte...
Y que él te abandonó, pensaste...
Pero míralo ahora...
Sabes que en tu sombra y sueño,
él se transformaba...
Nunca de ti se ha alejado.
Por eso me pidió
que una casa más le diera...
Que es la de transportación...
Fuera de su cuerpo...
Siempre logrará...
Solo así podría
nunca a ti descuidarte.
Y por eso...
nunca nada le negaba...
Lo que él pedía,
yo se lo daba...
Porque nunca para él
se lo quedaba.
Siempre pensando en el prójimo...
Y sí...
No tenía más que otros o nada,
es porque no lo ocupaba sabía que yo siempre lo respaldaba.

Lo que Queda Cuando el Tiempo Se Va"Una conversación entre madre, hijo… y Dios

La habitación olía a manzanilla. La ventana estaba entreabierta y el viento entraba despacio, acariciando las cortinas como si temiera despertarla. Blanca, tu mamá, estaba acostada sobre una cama sencilla, cubierta por una manta de flores pequeñas. Tenía la mirada perdida hacia el techo, pero cuando entraste, sus ojos se iluminaron.

—Freddie… —dijo con voz ronca, pero cálida—. ¿Te puedes sentar un ratito? Pensé que no ibas a venir... Tengo cosas que quiero decirte… antes de que venga alguien o me falte más fuerza ya ves que cuando están todos no puedo decirte nada. Es que cambie de opinión en unas cosas que le iba a dejar.

Te sentaste a su lado. Agarraste su mano, pequeña y tibia. Ella la sostuvo con más energía de la que esperabas.

—No estoy bien, hijo. Lo sabes, ¿verdad?

—Sí, mamá. Lo sé.

—No te asustes. No quiero que me mires con tristeza, sino con verdad. El cáncer… ha hecho su camino. A veces siento que no es solo mi cuerpo el que se enferma, sino mi alma también.

—¿Tu alma?

—Sí, mi amor. Me enfermé antes del diagnóstico. Me enfermé cuando empecé a sentirme sola. Cuando te fuiste y no volviste por mucho tiempo. Cuando ya no llamabas tanto. Cuando me preguntaba si aún pensabas en mí. Te extrañé… tanto. Y me lo guardé todo.

No supiste qué decir. El nudo en la garganta te impedía hablar. Pero ella no necesitaba que hablaras aún. Solo necesitaba decirlo.

—No te culpo, Freddie. Bueno… un poquito sí —sonrió con ternura—. Porque tú sabes que te necesitaba. No por dinero. No por favores. Solo por ti. Tu voz. Tu risa. Tu mirada. Pero entendí que cada quien tiene su camino. Solo que el mío se volvió más oscuro sin ti.

—Mamá… —lograste decir, entre lágrimas—. Perdón. Yo sabía que era mi culpa siempre lo dije.. 

—No quiero que me pidas perdón. Quiero que escuches. Aún me quedan palabras. Me queda vida, aunque sea chiquita. Así que escucha, ¿sí?

Asentiste, sin soltar su mano.

—Mónica ha estado fuerte. Pero es como una represa que no quiere romperse. Un día explotará, y necesita a alguien que sepa estar allí sin decirle que todo estará bien. Solo estar apesar de las cosas que fui descubriendo en vida aún. No la dejes si te necesita. 

—Isela… la ves sonreír, pero no duerme. No descansa. Siente que tiene que sostener todo antes que se lo ganen ay Dios siempre su esposo y su casa fue su prioridad no yo. Y eso lo se me duele incluso cuando me lo dijo ella. Pero ahora que estoy por morir siento que solo viene para asegurar cosas me di cuenta Freddy no me cuestiones. De todos modos Cuídala, Freddie. Hazle saber que no está sola. Ella nunca lo va a pedir y si un día ocupa ayuda ,Ayudala  Se que lo harás.

—Y Fernando… ay, tu hermano… guarda tanto. Siempre fue así, ¿te acuerdas? Pero cuando yo ya no esté, va a necesitar saber que su dolor también vale. Que no es menos por no mostrarlo. Ve a buscarlo, aunque no diga nada. A veces, lo que más se necesita es alguien que no huya del silencio. Ojalá le Dure lo que Logro. 

—¿Y yo? —preguntaste en voz baja—. ¿Qué quieres que haga yo con esto que me estás dando.?  

Ella te miró con una intensidad que te atravesó.

—Quiero que vivas bien has lo que tienes que hacer y sin cargar culpas. Que no conviertas mi ausencia en un castigo. Quiero que uses lo que llevas ahi dentro está una carta.  Tú tienes algo que no se enseña a nadie.  Tú sabes ver lo que nadie dice. Usa eso para cuidar. Para sanar. Para construir.

—¿Y tú qué querías? —te atreviste a preguntar. Que yo me quedé con todo esto?? Madre ...

—Yo quería bailar más. Viajar un poco. Pero sobre todo, quería tener más tardes contigo. Habría cambiado mil cosas por un café contigo cada semana. Pero ahora no se trata de lo que no fue… sino de lo que todavía puede ser.

Y entonces te miró más seria, más firme.

—Quiero que hagas algo, Freddie. Cuando yo ya no esté… no huyas. No desaparezcas. Sé el puente entre tus hermanos por eso te estoy dando todo para que no te vallas. Llámalos. Júntalos. Hablen de mí. Rían de mis regaños. Recuerden mis canciones feas. Que no me olviden, pero tampoco se detengan y no hables con ellos de esto, se ofenderian, más de lo que yo me ofendí.

Te quebraste. Te apoyaste sobre su regazo como cuando eras niño, y ella te acarició el cabello lentamente.

—Perdóname por no volver antes, mamá…

—Te perdono… pero también te digo esto: no esperes a que la vida te grite lo que hoy puedes escuchar en voz bajita. Ama mientras puedas. Y si te vas… vuelve. Acuérdate que por eso te entregué todo a ti. Ya no sufras hijo vive bien.. 

Era suave, pero poderosa. Sin cuerpo, pero completamente real.

—Hijos míos… los he escuchado.

Y he estado aquí, aún cuando no sabían que me buscaban.

Los dos se quedaron en silencio. No por miedo. Por reverencia.

—Blanca… tú has amado bien. Tus errores no son más grandes que tu ternura. Te has vaciado para dar. Y pronto, te llenaré con paz.

Y tú, Freddie… no necesitas ser perfecto. Solo fiel a lo que sembré en ti. No estás solo. No estarás solo. Yo iré contigo. En tu palabra, en tu gesto, en tu dolor.

Tu madre apretó tu mano. Sus ojos brillaban.

—¿Es Él? —te preguntó en un susurro.

—Sí, mamá. Es Dios.

Y la voz continuó:

—Cuando los cuerpos ya no hablen, el amor seguirá hablando. Cuando la tierra ya no vea, el cielo recordará. No huyan del dolor. Tráiganmelo. Yo lo transformaré.

Y entonces, silencio. La luz volvió a ser como antes.

Pero ya nada era igual.

Tú miraste a tu madre. Ella sonrió.

Y por un instante… todo estaba bien. Todo tenía sentido.

Y entonces, el aire en la habitación cambió. La luz se volvió más clara. Todo parecía detenerse. Y una voz que no era de ninguno de los dos llenó el espacio.